sábado, 21 de abril de 2007

khaneh siah ast: la fealdad como herramienta


Al ver Khaneh siah ast sucede una cosa interesante, impactante y fuerte: las imágenes nos desagradan. Pero a medida que transcurre el film, este desagrado, esta repulsión se va transformado en otra cosa. Con maestría, la autora va moldeando, dándole forma, encauzando esta repulsión para hacerla evolucionar en una fuerza. Porque este es otro tema: la película no es sólo fuerte en el sentido en que nos causan impresión las imágenes que nos muestra; es fuerte porque tiene fuerza, porque nos genera, en el interior y no sólamente en lo estéticamente desagradable, un vómito de impacto con lo real.
Khaneh siah ast es un cortometraje documental iraní del año 1963 dirigido por Forugh Farrokhzad sobre una colonia de leprosos. La traducción al castellano es "la casa es negra". Con una voz en off estilo Mallick, el sonido estremece, y al más puro estilo Resnais en Nuit et Brouillard (1955) y probablemente influida por este, las imágenes nos hablan más que cualquier otra cosa; son trompadas.
En el artículo anterior hablé del documental como herramienta, como una manera de analizar y como una manera de ver, siempre desde un determinado punto de vista, la realidad pura. Hablé de baldasos de realidad. Estaba hablando, aunque en su momento no lo dije, de Nuit et Brouillard. Estaba hablando también, aunque en su momento no lo sabía, de Khaneh siah ast.
En esta película las imágenes no son trompadas sólo por las imágenes en sí mismas, sólo porque nos generan repulsión. Nos generan mucho más. Desde adentro de nosotros mismos, nos incitan a la acción. Al principio de la película, se advierte: "Van a ver en pantalla una imagen de la fealdad, un retrato del sufrimiento, que sería injusto ignorar", y Farrokhzad se encarga de que no lo ignoremos, metiéndonoslo adentro. Cuando nos enteramos que la película fue hecha por encargo de la Sociedad de Ayuda a los Leprosos, nos damos cuenta de que la directora cumplió su objetivo.
Todo se sintetiza cuando un profesor pregunta ciertas cosas a sus alumnos "-¿por qué debemos agradecer a Dios tener padre y madre? -no sé, no tengo padre y madre"; "-¿qué es lo feo? -los pies, las manos, los ojos". Vemos, además de leprosos en pésima situación, una sociedad en pésima situación. Es Irán en los '60, un país abandonado (o todavía no descubierto). Vemos gente sin salida, abocada como última posibilidad de salvación a Dios, y resignados a su posición. Sería entrar en un lugar común del análisis de los documentales decir "no pierde actualidad", así que no lo voy a hacer. Pero el hecho de que esté realizado con tanta maestría en el manejo del género, es algo inmensamente valioso. Es un documental como debe ser. Es cine como debe ser. Es una obra maestra del género y de todo el séptimo arte.

Khaneh siah ast es muy encontrable en internet; en enlace ed2k, en torrent, hasta en YouTube (este último con subtítulos en francés). Los subtítulos en castellano son fáciles de hallar. Dura veinte minutos. Así que no tienen excusa para no verlo.

Título: Khaneh siah ast (la casa es negra)
Dirección: Forugh Farrokhzad
Guión: Forugh Farrokhzad
Productor: Ebrahim Golestan
Origen: Irán
Idioma: Persa
Duración: 20 min.
Género: Corto documental.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu nota sobre este documental me hizo pensar mucho en los cuentos de Osvaldo Lamborguini. En sus textos, este autor muestra, al igual que lo hace Forugh Farrokhzad, imágenes extremadamente impactantes que resultan difíciles de leer por la impresión que causan. He aquí esa sensación del lector de estar siendo golpeado por las imágenes expuestas por el creador. Si bien, mi ejemplo no corresponde a un documental, sino que, por el contrario, consiste en textos ficcionales, también ellos utilizan el recurso de la (podría decirse) violencia visual para expresar la situación social que constituye el contexto en el cual se realiza el film o el cuento. Esto es lo que ambos tienen en común: mediante esas imágenes se enfrenta al lector con la realidad, éste choca con ella incluso sin quererlo, sin saberlo de antemano (si bien, el film de Farrokhzad comienza con un aviso sobre su crudeza, el vidente no imagina de ninguna manera la aversión que le causarán esos cuadros). Un texto que podrías leer, pero advertido, si es que se puede, de que yo tuve que leer una mitad un día y la otra una semana después (el cuento tiene tres páginas), es El niño proletario.
Para finalizar, quiero aclarar que, según mi parecer, ambos autores tienen el mismo objetivo:intentan a toda costa hacer recordar a sus espectadores cómo es el mundo que los rodea y en el cual están inmersos y pedir que no se olviden, y que no oculten sobre todo, cómo es esa realidad. Ambos, de hecho, hacen lo opuesto a ocultar: muestran explícitamente, hasta el último detalle, hasta lograr que el otro experimente rechazo y repulsión; lo obligan al espectador a dejar de ser espectador.

"Por fantástico que pueda ser el arte, no dispone de más material que el que le ha proporcionado el mundo tridimensional en que vivimos y el mundo más limitado de la sociedad de clases." L. Trotsky